domingo, 12 de junio de 2011

Movidos por el Espíritu.

                                                                    Bébédjia (Chad) 12 junio 2011


Noche de guardia en nuestro hospital, todos los familiares de los pacientes se encuentran ya tumbados en sus nat (especie de esterilla), esperando a  caer dormidos en mutad del patio del hospital, nadie se queda fuera, ni siquiera sabiendo que hay una casa especialmente para ellos justamente al lado del servicio de medicina-cirugía.
Todos quieren estar juntos, separados solo por unos centímetros unos de otros. Esto se podría llamar aglomeración y casi ninguno de nosotros que somos gente del más al norte podríamos dormir así, sabiendo que dormimos pegados a unos desconocidos o simplemente nos parecería incómodo. Yo los miro, más bien los observo y ellos lo saben, saben pero no les molesta por que ellos también lo hacen conmigo.
No me puedo imaginar como una tropa de Españolitos puede comer la boul que es su plato tradicional compuesto por una masa de harina aliñada con salsa de pescado seco con algún trocito de carne y compartirlo entre diez sin pelearse, sobretodo cuando se tiene hambre, cosa muy habitual en Chad.
Como digo paso la guardia al abrigo de las estrellas esperando que el sueño me pille desprevenido para no sentirme mal por haberme dormido sobre un banco de hierro bajo el porche del estar de enfermería.
En ese momento escucho un coche entrar por la puerta del patio principal del hospital y enseguida me levanto para asistir al enfermo, que en este caso en una mujer maltratada seguramente por su propio marido, tenia múltiples contusiones en tórax y cabeza, estaba en estado postraumático con los ojos cerrados voluntariamente bajo una tensión nerviosa muy visible. En este caso en España daríamos cuenta a las autoridades pero aquí ellas lo pueden dar de ti, también recibiría asistencia psicológica, etc...
Pero ella solo recibió Diazepán intravenoso para calmar su ansiedad y con esto aprenderá a nunca contradecir a su marido sobretodo si viene alcoholizado perdido. Es una de muchas mujeres Chadianas sin salida, nadie se la va a proponer por que no la tiene , solo puede esperar a que su marido la aborrezca, por que no hay salida, pero ella se levantará mañana de la cama del hospital e irá en busca de sus hijos, que seguramente estén con algún familiar, los cogerá a todos y se los llevará para darles lo que necesiten, luego irá al mercado o irá a por agua mientras la hija mayor cuida de sus hermanos. Esta mártir es solo una más de millones de africanas que viven en una normalidad miserable, pero aún así tendrá tiempo para bromear con sus amigas sobre el último vestido que se ha comprado fulana o mengana.
Una vez la mujer está en su cama, mi guardia continua esperando que no tengamos grandes acontecimientos, pues Ghislán mi compañero y yo estamos muy cansados. seguimos sentados en el porche dormitando, hasta que se hacer un familiar para pedir nuestra asistencia a su enfermo, así unas cuantas veces y tras esto caemos dormidos en un sueño ligero muy conocido por muchos enfermeros tras realizar algunas guardias.
Llega la mañana y el gallo despierta mejor que mi reloj de mesa, pero la guardia ya ha pasado, solo toca coger las constantes de los enfermos, pero yo solo puedo pensar que me siento uno mas aquí entre mis hermanos Chadianos, sabiendo que no es así y entonces solo puedo pensar que mi sentimiento de unión con ellos solo puede venir del mismo espíritu que me ha traído hasta aquí.